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sábado, 9 de agosto de 2008

Una derrota que no sorprende ni preocupa

Primera jornada del mejor baloncesto femenino en los Juegos Olímpicos y muchas son las lecturas que se pueden hacer de los 6 encuentros disputados. Bielorrusia no se hundió ante la compacta selección australiana -que ya tiene mérito- y Lauren Jackson se mostró como la líder sólida de la máquina ‘aussie’. Por parte bielorrusa, apuntaría que Leuchanka está en el mejor momento de su carrera, que sigue creciendo en su juego, y que en estos Juegos ya lo ha empezado a demostrar.

En el duelo de cenicientas del Grupo B, donde está encuadrada España, Nueva Zelanda se apuntó el triunfo ante Mali y en principio las neozelandesas son las que albergan esperanzas de clasificación mientras que las africanas parecerían totalmente descartadas. En teoría, Mali y Nueva Zelanda están realmente un paso por debajo de la clase media del grupo (China, España y República Checa) pero cualquiera de estos equipos darán un susto y se pueden convertir en las juezas de los cuartos de final.

Que nadie se confíe y sino que se lo digan a Brasil. Korea protagonizó la primera gran sorpresa de los JJ.OO. y deja a las cariocas en la cuerda floja. La pregunta morbosa que me hago es: ¿Se habrá alegrado Iziane Castro del tropiezo de sus compatriotas?

Menos emoción hubo en el USA-República Checa. Las norteamericanas llegan a Pekín con una de las mejores selecciones de su historia y desde luego que las dirigidas por Anne Donovan han dado ‘miedo’. Otra de las potenciales medallistas, las rusas, sufrieron más de lo esperado para deshacerse de Letonia. Rusia, -que considero que no necesita a Hammon y que la base a evidenciado que casi no le ha dado tiempo a aprenderse los nombres de sus compañeras-, se ha mostrado falta de ideas, con una María Stepanova que últimamente es la sombra de lo gran jugadora que siempre ha sido. Gran mérito del rácano juego ruso lo tiene Letonia, que ha sido la selección que ha dominado el partido durante 36 minutos para ahogarse justo antes de llegar a la orilla. Mención especial para el partidazo de Jansone, que salvando diferencias, es la Montañana letona.

Me he guardado para el final el España-China. La derrota ni me ha extrañado ni me ha dolido especialmente y me explico. Esta selección española es capaz de ganar a cualquiera (salvo USA) y perder contra cualquiera (sin excepción), y para vencer necesita que casi todas las jugadoras brillen a gran altura. Obviamente el combinado nacional no se ha encontrado cómodo en ningún momento y eso se ha notado desde el primer minuto hasta el último.

En las caras de las jugadoras se evidenciaba preocupación y no disfrute. Palau tardó 39 minutos en regalarnos su primera sonrisa (lo hizo tras el triplazo de Torrens), los gestos de Valdemoro eran más de impotencia que de la ‘furia española’ que personaliza y Núria Martínez sólo se permitió una picardía (sacando desde la línea de fondo le lanzó el balón a la espalda a una defensora para hacerse un autopase). Lo de Alba Torrens merece capítulo a parte y me lo guardo para más adelante…

Quedan 24 horas de descanso para otra intensa jornada, la segunda, en la que alguna selección puede verse con pie y medio fuera, confío en que no será España.

3 comentarios:

Alberto dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
RataPelá dijo...

... pues a mí si me ha dolido la derrota porque España tiene un gran equipo y una victoria ante China hubiera sido importantísima en cuanto a tranquilidad y optimismo de cara a los próximos partidos... pero bueno, la chinas hicieron un gran partido y nuestras chicas no tuvieron su día: ni entraban las canastas ni se cazaban rebotes... desde luego, Alba Torrens tiene un gran porvenir en esto del basket, se marcó un partidazo!. En fin, aquí estamos haciendo hora para ver a nuestras chicas en acción de nuevo. A por Nueva Zelanda!
Saludos!

Anónimo dijo...

Lo de Alba Torrens es impresionante. Espero con ganas lo q dices q vas a escribir sobre ella mas adelante.

En cuanto al partido, lo mejor es olvidarlo cuanto antes, fue un mal día y punto, lo q sí se puede hacer es aprender de los errores cometidos, q no fueron pocos.