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martes, 23 de diciembre de 2008

Le pongo el rabito y tengo ‘El Gordo’

Lamentablemente, nunca estaré más cerca del Gordo de la Lotería de Navidad de lo que lo he estado en esta ocasión. La suerte cayó en el 32.365 y yo llevaba el 32.305. Fatal coincidencia porque sólo me faltaba el rabito del 6 para que me tocaran 150.000 euros (la mitad porque era un décimo compartido con una compañera de trabajo). Obviamente me quedé con la pedrea o la pedrada, según se mire.

Realmente no sé por qué insisto. Los juegos de azar y en concreto el sorteo de Navidad no son lo mío. La diosa fortuna no me mira ni de reojo y sirva de ejemplo que hace 3-4 años tocó un segundo o tercer premio en el club de baloncesto en el que había jugado casi tres años y que por falta de coincidencia espacio-temporal esa Navidad no llevaba ningún boleto, aquellos mismos que yo había vendido por decenas en campañas anteriores…

Pero lo cierto es que la Lotería de Navidad nos toca prácticamente a todos los clubes de baloncesto. Las entidades modestas, entre las que también me encuentro, nos pasamos 2-3 meses sellando papeletas, repartiendo boletos entre los jugadores, vendiendo lotería y recogiendo el dinero para poder aumentar ligeramente las arcas del club. Trabajo en la sombra que directivos realizan para que los jugadores tengan balones, equipaciones nuevas y material para que puedan practicar baloncesto.

Esa recaudación, al final, es nuestro verdadero premio y nos toca a toda la familia del baloncesto, al margen de que nuestro número lo canten o no los niños de San Ildefonso. Para ellos mi modesto homenaje.

Feliz año a todos y os dejo porque seguiré intentando convertir el ‘0’ en un ‘6’. A ver si le pongo el rabito y me hago con ‘El Gordo’.

jueves, 4 de diciembre de 2008

Crecerse ante las adversidades

Si bien en el fútbol los equipos apelan a la épica cuando expulsan a uno de sus jugadores y se quedan con 10 ó 9 y aún son capaces de remontar un partido; en el baloncesto lo más similar es ver cómo dos de tus tres máximas anotadoras se quedan fuera del partido por lesiones importantes y otra de tus aleros juega muy tocada y aún eres capaz de ganar el partido.

Esto le ocurrió la pasada jornada al Celta Indepo. Miguel Méndez sufrió en una semana las bajas de dos de sus estrellas, Alba Torrens y Blanca Marcos, y tenía que jugar con Pilar Valero lejos de su mejor momento físico -por cierto, partidazo de la zaragozana-. Pese a todas las dificultades, las gallegas se crecieron ante las adversidades, ganaron, y con autoridad, al MMT Estudiantes.

Obviamente Miguel Méndez hubiera preferido tener a todos sus efectivos para dicho choque -y que nadie me lo mal interprete- pero el tener a Torrens y Marcos tampoco le hubiera asegurado el triunfo.

Es más, seguro que en un principio el propio técnico rival, Nacho García prefería no tener enfrente a esa pareja letal en la línea exterior, pero claro, el trabajo de scouting tal vez ya no te sirve, lo que antes podía ser previsible ya no lo era y finalmente resulta demoledor que el rival te sorprenda.

Esta victoria son de las que dan moral y hacen grupo en un equipo tocado por las lesiones pero sin duda el deseo es que tanto Alba como Blanca se recuperen cuanto antes por el bien de su equipo y del baloncesto. Este deseo lo hago extensible a todas las jugadoras lesionadas. Mucho ánimo.