…y cómo hemos cambiado….

Se abre el telón para la Liga Femenina 2 con una batería de equipos capaces de, con las plantillas que han elaborado, participar sin complejos en Liga Femenina. ¡Cómo ha cambiado esta competición desde que hace 8 años se estrenara y yo misma debutara en ella!

En esa primera temporada de LF2 participaron 23 equipos que se limitaron prácticamente a fichar a una extranjera y a tratar de recopilar en un mismo conjunto las mejores jugadoras nacionales de la zona. Este fue el primer salto al semi-profesionalismo del baloncesto femenino en general, más allá del, para muchas, inaccesible salto a la máxima categoría española.

Las jugadoras, los entrenadores y los clubes duplicaron sus esfuerzos, sus horas de entrenamiento y sus presupuestos con viajes que requerían muchos más gastos. En mi caso, pasamos de hacer viajes de máximo 4 horas entre ida y vuelta a invertir todo el fin de semana en desplazamientos en autobús que en algunos casos llegaron a ser de 20 horas.

Es más, hubo un equipo que permaneció varias temporadas en la competición que se permitió el lujo de participar en la Liga con tan sólo jugadoras de la cantera que procedían del mismo pueblo, Durango ( unos 25.0000 habitantes) y al que me incorporé en la segunda temporada de competición siendo la “extranjera” del equipo porque era de Bilbao. Se trataba del Tabirako que dirigía Unai Zamalloa. Sinceramente eso sí que tiene mérito y probablemente sea un caso único que no se vuelva a repetir.

Ahora son 32 equipos, casi todas las jugadoras disponen de contrato, raro es el equipo que sólo ha fichado una extracomunitaria y los que se incorporan a esta liga saben perfectamente con lo que se van a encontrar. También creo que se ha polarizado la competición y si bien son muchos más los equipos que están en condiciones de luchar por el ascenso, cada vez hay más diferencias con los que tratan de evitar el descenso.

Pero sigue habiendo muchas cosas que se mantienen y que son parte del éxito de esta categoría como que sirve de trampolín para muchas jóvenes jugadoras, sirve para que grandes jugadoras nacionales sigan jugando y enseñando a las que en un futuro les entregarán el testigo, sirve para acercar buen baloncesto femenino a pueblos y ciudades que de otra manera no llegaría y sirve para que todos disfrutemos.