Desgraciadamente todos conocemos a alguien, más o menos cercano, que se ha dejado la vida en la carretera. La gran familia del baloncesto también se ha visto golpeada por los accidentes de tráfico, desde estrellas mundiales como Drazen Petrovic o Fernando Martín hasta miles de anónimos jugadores, entrenadores, delegados, etc, que han perdido la vida dentro de un coche.
Pero la fortuna, a veces, está de cara. El pasado viernes, cuatro jugadoras del Hondarribia Irún, Quintero, Suárez, Farré y Gortman se dirigían a Donostia para participar en el acto del décimo aniversario de la Fundación Kirolgi cuando frenaron para dejar que unos peatones cruzaran el paso de cebra. Instantes después fueron embestidas por detrás por otro vehículo. La consecuencia, las cuatro jugadoras del equipo guipuzcoano sufren esguince cervical.
Entiendo que tanto para ellas como para el club, sufrir un accidente de este tipo se considera como de mala suerte -además de una imprudencia por parte del infractor-, pero sinceramente considero que deben de mirar la botella medio llena y considerar una auténtica fortuna que todo haya quedado en unas lesiones leves. Ánimo desde aquí para una pronta recuperación.
Debo reconocer que, lamentablemente, los accidentes de tráfico también me han tocado de cerca y, por ejemplo, siendo jugadora, me dejaron fuera de los play off de ascenso a Liga Femenina en la primera temporada de la LF2. Pero lo puedo contar y llegaron más partidos. Las que se quedaron en la carretera fueron Vicky Agirretxu, entrenadora que me dirigió en el Kaixo de Bilbao, que perdió la vida en un accidente cuando se dirigía a realizar el relevo de la antorcha olímpica en su paso por Vizcaya en 1992, o Nagore Saratxaga, compañera en Irlandesas que por culpa de un conductor ebrio no llegó a su casa un viernes después de un entrenamiento.
Demasiados son los ejemplos, así que desde aquí mi recuerdo a todos ellos y el deseo de que no aumente la lista. En la medida en la que podamos, pongamos freno y nuestros mejores deseos a las jugadoras del Hondarribia Irún.
martes, 9 de septiembre de 2008
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1 comentario:
Ahora que has recordado algunos accidentes se me viene a la cabeza el de Fernando Martin. Recuerdo que esa tarde iba con mi padre a ver el partido del Real Madrid de basket al Palacio de los Deportes. All llegar estaba todo cerrado y solamente habia unos carteles que decian que el partido se suspendia por fallecimiento de un jugador, nos quedamos sorprendimos y nos volvimos para casa. Fue al llegar alli cuando nos enteramos por la radio que ese era Fernando, fue un golpe duro, era el buque insignia del equipo y en aquellos momentos el numero 1 indiscutible...
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