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domingo, 26 de julio de 2009

Las zapatillas de Ángela

En el baloncesto hay aficionados de todo tipo, hay cabida para los ocasionales, para los incondicionales, los exaltados y los discretos. Probablemente en ninguno de ellos podemos ubicar a nuestra protagonista, Ángela Molins. Todos se quedan cortos para explicar la devoción y entrega absoluta de esta gallega por el Celta Indepo. Socia del conjunto vigués desde hace más de treinta años, el club la nombró “Socia de Honor” en 2007. El motivo de tal mérito puede encontrarse en el hecho de que en dicha fecha Ángela donara a la entidad una cantidad importante de euros para según ella “ayudar al club para que fichara a Pilar Valero”, explica entre risas vergonzosas. A tal decisión Ángela no le da más relevancia de la de un gesto desinteresado para apoyar al club de sus amores.

Pero Ángela ha dado al club mucho más que este cheque. Es una fija de As Travesas los días de partido pero también le gusta disfrutar de los entrenamientos durante la semana. Su cercanía con la directiva, cuerpo técnico y jugadoras es total y como muestra del cariño que le profesan todos ellos Ángela recibió el mejor regalo de cumpleaños que pudo soñar, unas zapatillas. Pero no se trata de unas zapatillas cualquiera, las playeras en cuestión tienen en la lengüeta los nombres de todas las jugadoras y técnicos del primer equipo, además del escudo del club en sus laterales. La seguidora celtiña guarda dichas zapatillas como un auténtico tesoro y casi no se las pone para evitar que se le estropeen.

Regalo merecido, sin duda para alguien que es parte de la historia y el presente del Celta. Haciendo memoria esta gallega amante del baloncesto reconoce que si tuviera que quedarse con una jugadora que haya vestido la camiseta celtiña esa es Susana García, actual entrenadora ayudante y la que fuera base del conjunto vigués durante 18 temporadas y jugadora internacional en más de 50 ocasiones, porque “si hubiera jugado al baloncesto sería base como ella”. No sé si por peloteo, pero si tiene que elegir un técnico también se queda con el actual, Miguel Méndez, sonríe inocentemente. Hacerla elegir entre una jugadora de la actual plantilla le supone demasiado compromiso, para ella “todas son buenas” y de las que pasaron por las filas viguesas guarda un especial cariño a Mar Xantal. Si Ángela tiene que quedarse con un momento vivido con el Celta ese no es otro que la Liga lograda en 2000 ante el Gran Canaria. Ahora a Ángela sólo le queda un deseo, “que el Celta vuelva a ser campeón” y sobre todo, disfrutar mucho de sus zapatillas.

PD: Esta entrevista tenía que haber salido en un medio de tirada nacional pero finalmente parece que no tienen cabida personas como Ángela... Es una pena pero desde aquí mi pequeño homenaje a las personas que día a día hacen del baloncesto femenino su ilusión.

lunes, 6 de julio de 2009

El corazón de la selección (II)

En este post os explicaré, más que el corazón, algo de las entrañas de la selección. Lo que en teatro serían las bambalinas, en cine el making off …, bueno en este caso lo que hay detrás del hecho de que el 20 de junio 12 jugadoras de la selección española y el seleccionador Evaristo Pérez subieran al tercer cajón del podio.

En el anterior post Isa Sánchez ya nombraba a cada uno de los miembros del cuerpo técnico y su labor para que la maquinaria funcionara, pero yo voy más allá, la labor que no se ve y que se extralimita de las funciones propias de su cargo. Víctor Lapeña, además de entrenador ayudante es la intensidad, la motivación que hace que las jugadoras estén siempre alerta.

El bloque gallego está formado por dos integrantes de peso -aunque cualquiera lo diría por sus reducidas dimensiones..., dicho desde el cariño claro-, Domi Salinas y Susana García. El preparador físico pone a punto a las jugadoras físicamente pero también ejerce de psicólogo en otras ocasiones y siempre tiene una onza de chocolate a mano (y otras variedades alimenticias) para dar esa alegría al body del cuerpo técnico que cualquier nutricionista tildaría de “veneno”. También tenemos a ‘Susaniña’ que no es sólo la encargada del scouting si no que es también el abrazo que necesitan las jugadoras (y las que no son jugadoras –hey, sin dobles lecturas que su marido puede estar bien tranquilo-) siempre justo en el momento adecuado, y para mí la ‘abu’.

Pero ellos no son los únicos que doblegaban sus facetas. La fisio Yolanda Aranzana, después de esta preparación, ya está perfectamente preparada para ejercer de asistente de imagen y comunicación de ZP, no en vano se pasó varias semanas realizando exámenes tipo test para ayudar a una de las seleccionadas a aprobar algunas asignaturas de Comunicación Audiovisual e hizo auténticas maravillas maquillando a parte del cuerpo técnico. Sobre la jefa de fisio, Pilar Delgado, todas las palabras que utilice se quedan cortas para destacar la capacidad que tiene para mantener la sintonía del grupo y su sentido del humor. Todos esos halagos quedan ligeramente emborronados por su nula capacidad para realizar itinerarios a modo ‘jogging’ de interés –sin ofender ‘Pi’sólo me remito y apelo a los comentarios del doctor y de Urqui- y por su controvertido sentido del ritmo musical…

Las muchas horas de concentración tampoco serían lo mismo sin Núria Galcerán, la delegada. La solucionadora de marrones por excelencia también es indispensable para cubrir las horas de ocio de la plantilla, con el doble mérito de hacerlo con cierto nivel cultural. Los ‘Cines Galcerán’, si bien ofrecían una cartelera variada y de calificación media cercana a las tres estrellas, eso no impide que hubiera algún que otro fiasco…(opinión personalísima y no compartida, claro). Otra distracción sobre la que me trató adiestrar no tuvo gran éxito, sobre todo porque todavía no me creo que exista eso del ‘geocaching’, aún no tengo pruebas, ni cachings…

Cierra el círculo el doctor Gonzalo Ibáñez que siempre tiene la palabra exacta para dar la puntilla a cada comentario y ayudar a que haya un buen ambiente en la plantilla y sacrificándose él en favor del grupo.

Sinceramente, ellos no meten canastas pero hacen tan bien su trabajo, y lo que no es su trabajo, que hacen que anotar sea más fácil para las jugadoras, estoy segura. Éste es el otro corazón de la selección, de 'la roja'.

Ahora sólo espero que este ramalazo de amarillismo que me ha brotado, desvelando algunos de los secretos de la selección, no sea brutalmente castigado por sus protagonistas.